domingo, 13 de mayo de 2012

Cómo ir de compras (BIEN) en 6 pasos.


Hola a tod@s!

Acompañando a algunos amig@s a comprarse ropa o (la que podría contar como mi segunda profesión) escoger regalos para sus novi@s me he dado cuenta de que mucha gente no sabe ir de tiendas. Por eso he recogido una serie de truquillos que pueden ayudaros a la hora de realizar la clásica transacción de campo, la de toda la vida, cuando Internet no nos había proporcionado ese catálogo maravilloso de concept stores.
Antes de nada quiero decir que este método no es complicado y no os llevará más de una tarde o dos (a lo sumo) así que ¡tranquilos! En el caso de los que estáis familiarizados con los paseos a la caza de la camiseta perfecta o el par de zapas que conjunte con vuestra nueva sudadera de Alife esto no os resultará extraño. Yo sé que vosotros disfrutáis de este proceso, así que dilatadlo en el tiempo lo que os apetezca y recordad que el que más busca y patea es el que encuentra las mejores ofertas.


Por último, y antes de empezar la enumeración de los sencillísimos 6 pasos, os recuerdo que existe en el gustoso frenesí de la adquisición de moda el concepto “flechazo”. ¡Ojo a esto! Yo no soy nadie al lado de vuestros instintos más primarios así que, si os enamoráis de algo al instante, dejaros llevar y a quemar tarjeta. Puede que os equivoquéis…o que os arrepintáis el resto de vuestros días por no haber comprado esa maravilla de la caja de ofertas más desordenada de una tienda de ropa de diseño. A base de errores se aprende así que no temáis y sed fieles a vuestro sexto sentido. Con un poco de práctica conseguiréis discernir los caprichos de los “flechazos”.

Vamos allá:

1-      Ronda de reconocimiento. Quizás el punto más importante. Consiste en meterse en faena, embarrase y bajar a las duras calles, a las atestadas tiendas a pelearse con hipsters y modernos por lo que os corresponde. Hay dos vertientes de esta búsqueda: a) cuando se sabe lo que uno necesita y se intenta satisfacer esa necesidad, o b) cuando no tenemos ni la más remota idea de lo que queremos y solo estamos seguros de desear gastarnos nuestros ahorros (sí, esos ahorros que deberías estar metiendo en una cuenta para el futuro). En cualquiera de los dos casos lo importante es recorrer las tiendas que te gustan y otras en las que quizás no habías reparado. 

Aprovecha para probarte lo que quieras y hacerte una lista mental de lo que te va gustando y lo que no. Saca el máximo partido de cada visita y no dejes pendiente ninguna cuestión porque eso te costará paseos innecesarios. Me explico: si, al final de tu recorrido te encuentras decidiendo entre una camiseta que viste en la primera tienda pero que no te probaste y una bermuda de la última, puede que estés haciendo el capullo porque la camiseta de marras no la había en tu talla o no te gusta cómo te sienta. Así que ya sabéis: en cada tienda hay que seleccionar, probarse y descartar. ¡Aviso importante! Los más avezados gastadores suelen hacer esto siempre que bajan a la calle y quizás no necesiten hacer esta tarea todos los días. Son una extraña especie que almacena en su cabeza interminables listas en las que llegan a conjuntar la ropa que quieren agenciarse con la que ya tienen. Escalofriante...


2-   Aclara tus ideas. Ya lo has visto todo y estás exhausto. Bien, eso es buena señal. Ahora, dependiendo del tiempo que hayas usado o del que quieras utilizar, siéntate en un café (si quieres liquidarlo todo en una tarde) o vuélvete a tu casa y desconecta un poco (si le vas a dedicar a la tarea del shopping más de una jornada). Ahora coge todo lo que has recolectado como una hormiguita trabajadora. Te recomiendo usar papel y lápiz. Llega el momento de establecer una ecuación con estas variables (puedes añadir las que se te ocurran):
      
  •    Lo que más te gusta
  •       Lo que más necesitas
  •       El precio de las prendas y el presupuesto del que dispones
  •    La oportunidad que supone (encontrar una camiseta de una marca que te flipa y no se vende en España no tiene precio).
           
Deja madurar el resultado de ese cálculo. La decisión que más se ajuste a tus necesidades cada vez se verá más clara en esa cabeza que utilizas para calzarte gorras 5-pannel.

Por cierto, una cosa importante: que hayas encontrado un chollo de esos tipo “¡Oh, un abrigo de pelos rosa fucsia de Prada por 200 pavos!” no quiere decir que sea buena idea. Sí, puede que sea  un chollo,  pero no te lo vas a poner más de 4 veces y habrás malgastado el dinero. Para cosas cantosas ya está Bershka. 


3-       Pregunta e infórmate. Tienes 2 maneras de hacer esto. La primera es hablarlo con colegas. No, las madres no sirven porque no entienden lo que representan unas Jordan IV para ti (o un magníficos leggins de Jeremy Scott para vosotras, por ejemplo). Que oigas una cosa en alto hace que, a veces, te vuelvas más consciente y un amigo diciéndote “tío, esa camiseta de 100 euros es demasiado cara y ya has comprado mucho” puede ayudarte. Es la dura vida de la clase media, colega: no hay dinero ilimitado.

La segunda forma de recabar información es, obviamente, mediante internet y los vendedores. Quizás tú no conozcas esa marca pero sea una maravilla, por esto es importante este punto. Además, si te visitas pequeñas tiendas con un cierto nivel (nada disparatado ni de lujo) los empleados suelen estar enamorados de su trabajo y te aconsejarán sin intentar encalomarte cualquier mierda. Piensa que muchos de ellos son también los dueños de las tiendas y esa es su pasión: la moda. Así que hazles caso si te explican las virtudes del algodón y la artesanía francoitaliana de las camisas Kitsuné: no te arrepentirás. Y si lo haces es muy probable que puedas volver y comentárselo y no te pongan problemas para cambiar el artículo.

4-      Márcate objetivos y límites.  ¡Ah, qué duro es decidir y ponerse límites! Créeme: te comprendo perfectamente. Pero la vida tiene esas cosas y el dinero no nace en los arboles. La clave de este punto es, básicamente, decidir lo que quieres (más cantidad de prendas, una sola prenda buena, cubrir vacios en tu armario, etc.) y establecer unas pautas de gasto. Te recomiendo hacer esto con tranquilidad porque, en el furor y el delirio compril, puedes verte seducido por ideas como “vale, compro esto y nada más” o “se me pasa 50 pavos del presupuesto pero este mes no salgo y arreglado”. No. Para nada. Sabes que comprarás más y que no vas a dejar de salir así que limítate a lo que tienes planeado.

Una cosita más: pasándote 10 eurillos del presupuesto con cada cosa que compres acabas logrando un montante de más de 60 de gasto innecesario. Así que ni 10 ni 5 euros de más ni nada de eso: gasta en una prenda lo que hayas decidido que puedes.


5-      Go for it! Esta es la versión cool e innecesaria de “¡a por ello!”. Una vez que tengas todo decidido te bajas a las tiendas y a gastar, gastar, gastar. Peeeeero yo quiero apuntar una cosita: disfruta del momento. Esta es la parte en la que liberas más endorfinas, así que aprovecha. Pasea entre tienda y tienda. No tengas prisa. Utiliza estos intervalos para recordarte porque acabas de hacer una buena compra y, sobretodo, no te culpes por haber gastado tu dinero: ya está, es una compra, no pasa nada y lamentarte no va a hacer que te sientas mejor. Si lo que has hecho ha sido un error (lo dudo), no hay problema: de los errores se aprende y punto. Todo esto no lo digo yo, lo dicen los psicólogos (jejejeje). Piensa que con todas esas tonterías lo único que vas a conseguir es cogerle manía a tu compra y, aún encima, no usarla, dándole la razón a tu caprichoso cerebro.

6-      Lo hecho, hecho está. Se acabó. Ya lo tienes todo y has vuelto a tu morada. Ahora toca disfrutarlo. Prueba a combinar tu ropa antigua con la nueva, escoge días para estrenarla y ponle los cordones a las Asics que te has adquirido. Regocíjate en tus decisiones.

Pero ¿qué pasa si hay algo que sigue sin convencerte? Primero: que no cunda el pánico y no dejes que los remordimientos se apoderen de ti. Segundo: deja la prenda madurar en su bolsa, con las etiquetas. Tienes el ticket así que podrás devolverla o cambiarla. Que pasen los días. Si sigue ahí y no acaba de entrarte por el ojo pues nada: baja a la tienda y haz la devolución o el cambio por lo que consideres oportuno (si es uno de esos establecimientos a los que eres asidu@ seguro que encuentras algo que te mole)

Y hasta aquí esta sencilla guía para compra (bien) en 6 puntos. Espero que os haya gustado y que la pongáis mucho en práctica porque hay un montón de pequeños establecimientos que necesitan que les apoyemos y en los que encontrarás joyas que te acompañarán durante mucho tiempo. A medida que pase el tiempo os acabaréis volviendo expertos en la materia y no tiraréis de estos pasos porque los tendréis interiorizados. Hasta ese momento espero que esto os sirva de ayuda.

P.D.: En el mundillo del streetwear hay piezas básicas así que prueba a comprar la ropa de invierno a final de temporada, cuando llega el verano y viceversa. Ahorrarás muuuucho dinero en prendas que seguirán estando de moda la temporada siguiente. 

Un abrazo,

Yo, Brutus.

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