Cuando he abierto El País esta mañana me he
dado de bruces con una grata sorpresa (Por cierto, "grata" es uno de
esos adjetivos que siempre acompañan al mismo sustantivo, "sorpresa".
Es como el caso de "turgentes": ¡sólo los senos pueden ser
turgentes!). En la sección de talentos reconozco una fotografía promocional de
un artista. Un genial artista que, aún encima, es español. Su nombre es Oriol
Riverola, más conocido como John Talabot.
Este catalán acaba de publicar "fIN"
que es su primer álbum después de incontables singles y remixes que ya han
pasado a la historia electrónica de nuestro país. "Sunshine" es
quizás el más celebre y el que más esguinces ha provocado en clubes y
festivales.
Talabot, o el caballero revivalista del sonido
baleárico, ha decidido desmarcarse de su pasado y construir un monumento al
ecleticismo sonoro basado en el dilatado tiempo de composición. Un año de
creación en el que le dio tiempo a visitar todos los estilos que le interesan.
Aun así hay dos tendencias clave: la ambiental y
la bailable. La primera se esmera en construir mundos y sensaciones que
introducen al oyente en el universo Talabot y le preparan para lo que viene. La
segunda tendencia, la que te obliga a mover el cuerpo, se da cuando aprieta el
bombo y el tempo se dispara. Es en ese momento cuando Riverola se crece y
empieza a dar lecciones.
Aunque las vertientes que confluyen en el disco
pueden encontrarse diferenciadas -una primera parte más atmosférica y una
segunda más enfocada al club- el joven DJ es experto en mezclar ambas y
conseguir una textura curiosamente uniforme y progresiva. El cerebro del oyente
que conoce al artista sufre una regresión a la época de "Sunshine":
un "grower" en sí mismo que empieza con sencillez y tranquilidad para
terminar explotando en un jolgorio de samplers y ritmos que remiten al verano
en la Ibiza de los 80.
Menudo currículo el de este catalán! Es natural
sentir la presión cuando se repasan los términos en los que se habla de su
música. Pero, ¿se asusta el artista del "hype" creado a su alrededor?
Si nos ceñimos a su sonido parece que no.
Tomemos "Journeys" como ejemplo. Este
tema a dúo con Ekhi Lopetegui de Delorean es lo más despreocupado que
encontramos en el LP. Más propio de una banda de pop y con un sonido más
contundente y menos estructurado que de costumbre, Talabot deja entrever la
alegría de vivir que lleva por dentro. Y recordemos que eso no esta muy de moda
en la música actual.
Que se quiere algo más sesudo y complicado? Pues
nada, ahí están "Destiny" o "So Will Be Now" (esta última
con Pional, su compañero de discográfica y sonido). Pero siempre presente la
idea del baile como si fuese parte del disco, como una expiación de los errores
que pueda tener, la única forma de completar la obra.
Hablar de los temas uno por uno carecería de
sentido. En la mayoría no empieza la juerga hasta pasados unos minutos y
los demás cortes, los más contemplativos, son necesarios para dar coherencia a
la obra. Así que aquí se termina mi critica del disco, esperando que seáis vosotros
quienes la completéis.
Merece la pena exportar estos artista que ofrecen
una visión completamente nueva del panorama español. Los medios internacionales
ya se están rindiendo a lo pies de John Talabot y hablan incluso de una nueva
escena electrónica que florece dentro de nuestras fronteras. Este éxito se
consigue con el apoyo del publico, tanto en sus shows como con sus
lanzamientos. Ósea, que todo el mudo corriendo a comprar el "fIN" de
John Talabot. Nuestra reputación musical se lo merece.
Yo, Brutus.
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