lunes, 2 de abril de 2012

Tendencias: Estampados


¡Hola!

Hoy voy a explicar un tema importante: las tendencias. Mirad, queridos amigos, las tendencias son una puta mierda. Esto es así. No sirven para nada más que recapitular a final de temporada lo que se ha llevado o lo que ha tenido más presencia en los medios especializados.

¿En qué me baso para decir esto? En el hecho de que una misma revista te manda lanzar tus (por ejemplo) pantalones pitillo a lo más hondo de tu armario porque ya no son tendencia y, 2 páginas más allá,  ensalza el estilo de algún famoso que luce unos de estos vaqueros entallados. Vamos, que las tendencias van según le apetezca al redactor de turno.

Además, en determinados medios podemos encontrar imperativos de lo más ridículo a la hora de vestir. Aún recuerdo ese titular de una publicación que rezaba: “Llevar camisetas de grupos ya no mola”. Y a tomar por culo. ¿Por qué? Porque lo dice un mindundi que se cree lo más en un cuchitril de Barcelona.
El punto más importante de la ropa es ponerte lo que te gusta, lo que hable de ti, lo que te represente o lo que te haga sentir más cómodo. Porque si te pones algo que no te convence NUNCA TE VA A QUEDAR BIEN. Eso es una verdad como un templo.

Os voy a poner un ejemplo propio: a mí los jerséis de cuello vuelto me quedan como el culo. Me da igual que los lleve la gente más guay del planeta, me quedan fatal, me dan mal rollo y me recuerdan a los arquitectos del año 2000, todos con sus gafas montadas al aire (¡las odio también!). No me los pienso poner.

Dicho esto, me parece necesario resaltar que es divertido comentar “lo que se lleva”. Lo importante es nunca imponer gustos ni fustigar a quien no siga tus dictados estéticos. No tiene nada de malo analizar el fenómeno de la moda cuando pone en valor algún aspecto que teníamos algo olvidado. Es muy curioso. 
Aunque las tendencias surgen porque los grandes nombres se inspiran en cosas parecidas, es bonito ver como, de repente, mucha gente que no tiene nada en común empieza a popularizar algo. Puede pasar con las hombreras, los cortes de pelo o los zapatos con plataforma. Es un movimiento muy global.

Pues bien, he aquí mi primera reseña sobre una tendencia en alza. Me alegra especialmente cuando las tendencias sirve para liberalizar un poco más los anquilosados cánones del mundo de la moda, sobre todo si sirven para que los hombres podamos romper con los patrones ultra-clásicos que nos obligan a ceñirnos al look pantalón-camisa-zapatos.

¿Cuál es la tendencia que traigo? El all over print. ¿En qué consiste este anglicismo completamente innecesario? En un mucho más sencillo estampado-total. Vamos, que este año los hombres conseguimos ganar un poco más de terreno a la moda femenina poniéndonos todos los estampados que queramos, mezclándolos, superponiéndolos, invirtiéndolos, malinterpretándolos, subvirtiéndolos…

Hay que destacar dos: el estampado animal y el camuflaje. Este es el verano en el que os podéis poner una camiseta de leopardo (Chicos, sé que muchos lo estabais deseando) con unos pantalones de lunares y una gorra de piel de serpiente. ¿Antes podíais hacer esto? Pues sí, pero la gente, que es muy retrógrada, os miraría mal, os insultaría o se reiría de vosotros. Lo peor es que habrá quien lo siga haciendo. Contra esos personajes hay que luchar siempre y nunca dejar que decidan sobre vosotros, pero siempre es bienvenida una tendencia cuando hace que los más tímidos puedan empezar a lucir lo que les gusta sin tener que escuchar las tonterías de cuatro amargados. 

No hay que esperar a que una cosa sea tendencia para llevarla por miedo al qué dirán, pero mira, si esto ayuda a los que no se atrevían, pues mejor. Ahora muchos se ríen de los que llevan faldas. Dentro de unos añitos a ver quién ríe el último.

Recordad lo más importante: vive y deja vivir. El respeto es LO MÁS IMPORTANTE. Que cada cual haga lo que le plazca mientras no moleste al resto. La tendencia más guay de todas es respetar a todo el mundo y, aunque no te guste algo, entender que puede resultar inspirador para mucha gente.

Aquí van algunos ejemplos de cómo los estampados en todas sus vertientes han colonizado la moda masculina:






















Yo, Brutus.

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