Hola a tod@s!
Adam Kimmel ha vuelto a hacer otra colaboración con Carhartt, en este caso para cuando el frío otoño vuelva a nuestras vidas. El lookbook lo firma el fotógrafo Air Marcopoulos y sigue apelando al clasicismo de ambas compañías unido a la resistencia y calidad de las prendas confeccionadas por la archiconocida marca de ropa de trabajo. Parece que también han introducido un toque guardia-forestal-meets-policía-montada-en-Nueva-York.
¿Cuál es el gran problema de esta colección? Pues que sus creadores se olvidan del tipo de público al que van dirigidos y, de esta manera, te encuentras camisetas demasiado caras para que un amante del streetwear se deje su dinero en ellas y otras prendas demasiado sencillas para apelar al gusto de los consumidores más exquisitos y con mayores posibles.
Yo lo entiendo perfectamente porque, así como compré una de las fantásticas camisetas de Carhartt con A.P.C., no me pienso dejar la pasta en una camiseta lisa con un bolsillo que no tiene nada de especial. No encuentro suficiente motivación, aunque hay prendas que me gustan mucho.
Dígámoslo de una vez: ¡no se pueden pagar determinados precios! A todos nos encanta llevar algo exclusivo, que diga algo de ti, con los mejores materiales y acabados. Sí, eso es cierto. ¡Pero no puedo entender que haya camisetas de algodón que cuesten 595 €! (¡lo juro! Lo he visto hace un par de semanas en una tienda de lujo) Es que aunque pagases el mejor material, las mejores condiciones salariales de los mejores artesanos del mundo, hilos de cabello de unicornio...¡no puede ser!
A lo que vamos. Os dejo algunas imágenes:
Atentamente,
Yo, Brutus.
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